lunes, 12 de octubre de 2009

Montmartre et la Vendange

Todos os acordaréis del famoso tiovivo que aparece en Amelie o de las escaleras del Sacré Coeur imponentes, desde donde descubriendo el horizonte pariseño se huele a óleo y arte.
Este fin de semana había diferentes actos en honor a las fiestas de la vendimia. Pues éste, es el único barrio de París donde aún quedan viñas, y e aquí el motivo de la celebración. Aunque remarcaría que viñas hay más bien pcoas, la mayoría jóvenes y pongo en duda que salgan más de una docena de botellas de estos viñedos.

Sábado

Isa, Javi y yo bajamos a la Vendange, como primer destino elegimos los "Jardins du Ruisseau". A primera vista pasaron desapercibidos, pero e aquí que nos encontramos a una asociación de gallegos. Son un equipo de futbol que a su vez han montado un bar y ahí estaban tan contentos comiendo pulpo. "Yo soy gallego, aunque lleve aquí 36 años. Los dineros me vendrán de los gavachos, pero yo gavacho no soy, eh!!"- decía un hombre que no llegaría a los 50, con un francés perfecto y un castelllano con un fuerte acento gallego. Aunque al principio no supieron guiarnos, entre unos y otros al final se acordaron y nos ayudaron a encontrar el pequeño jardin. Y es que en París cualquier rincón es bueno para cultivar unos tomates, cebollas, frambuesas, flores o uvas. Lo digo porque este lugar estaba situado al lado de las vías del tren y no hacía más de 3 metros de ancho. De hecho, las viñas, estaban plantadas casi en la pared, y como aún no daban para vino, bebimos vino del noroeste acompañado de salchichón y de un bizcocho con azucar.






La gente era simpática y se respiraba un ambiente festivo, estuve hablando con una chica chilena cuya familia se exilió del país cuando el golpe de estado de Pinochet. Ella era ayudante de dirección y me explicó como se había metido en el mundo del cine empezando a hacer comerciales de comida. ¿Cómo hacer para que la comida parezca sabrosa y apetecible? Ese era su singular trabajo. Me explicó que nos olvidemos de cines a 3€ y que París es la ciudad con el mayor número de cines del mundo, pero que la oferta tampoco es tan alternativa.

Allí pasamos un buen rato y con el sol que se dejaba ver, nos esperaba un gran día. Caminamos en dirección a Montmartre, subiendo escaleras y recorriendo calles estrechas. Hasta que voilà, llegamos a la feria de productos típicos. Si algo me quedó claro ese día, es que franceses al igual que españoles, son amantes de la buena vida. La gente compraba copas de champang por 5 euros o vasos de vino por 2€. Había puestos de queso, salchichones, foie, miel, panes y tartas. Vamos que ese día no nos cansamos de utilizar la palabra goûter (probar). Había una parada del país vasco francés dónde nos beberíamos al menos cinco chupitos de diferentes sabores.





Al final decidimos ir a otro punto del barrio dónde organizaban alguna actividad más, pero resultó ser que nos adentramos en la zona de immigrantes. Los únicos blancos, nosotros y la policía. Isa diciendo vamonos y yo haciendo fotos a la carnicería con más pies de vaca que he visto en mi vida. Había unas negras que parecía que iban de boda, con unos vestidos largos y pañuelo a conjunto en la cabeza, colores vivos, y unos pendientes enormes. La verdad que era todo muy pintoresco.

Finalmente salimos de allí, tras que Javi hubiese pisado una mierda, y fuimos al hospital Bretonneau a ver sus viñas y degustar un poquito de vino. Para esos entonces llegó mi hermana de la biblioteca y allí estuvimos, en los jardines del hospital charlando tranquilamente y descansando de un día de savoir vivre.


Domingo

El domingo volvimos, esta vez con María y Enric. Además mi hermana dejó el estudio para la tarde y se unió también a nosotros. Teniendo la experiencia del día anterior, decidimos comer allí, así que nos partimos bocadillos de queso con jamón, hecho como si fuese una reglette y luego bocadillo de foiegras. Además nos compramos una botella de vino, probé las otras (ya no me acordaba si me gustaban o no. Si que están buenas si!) y volvimos al sitio de los chupitos. Esta vez había menos gente y aunque creo que nos bebimos los mismos chupitos que el día anterior el chico estaba con una cara de a ver si se van estos gorrones españoles :P


El resto del día consistió en visitar pisos, ya crearé una entrada especial sobre este tema.

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