Parece mentira pero aún en el siglo XXI, en el que pensábamos que iríamos con coches voladores y trajes inteligentes plateados, una nevada es capaz de colapsar una gran ciudad.
No únicamente pasa en España, sino que el mismo miércoles dejaron de funcionar todos los autobuses de la región parisina. 10cm de nieve fueron el problema. Así pues, imaginen el consecuente caos. Colas para comprar billetes, empujones, histerismos, esperas y mucha paciencia para todos aquellos que nos vimos obligados a desplazarnos en RER y metro.
Pero no sólo eso, todas las calles eran una enorme pista de patinaje que al menos, aún ayer seguía causando estragos a los viandantes.
Eso sí, por lo visto algunos pudieron tomarse la jornada de una manera más lúdica y las escaleras y barrio de Montmartre se convirtieron en improvisadas pistas de ski. Así como pasara en la calle Verdi de Barcelona el año pasado.
Y es que aunque diferentes, estamos llenos de similitudes para lo mejor y lo peor ;)
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