martes, 15 de diciembre de 2009

Versalles & more

Sábado

A una media hora de París, encontramos el palacio del Rey Sol. Parecía que por ser invierno y hacer mucho frío, no iba a haber mucha gente. Error, aquí parece ser que siempre hay turistas. El palacio se encuentra en el mismo pueblo y su verja de oro guarda la opulencia y magnificiencia de éste.

Los jardines son enormes y un largo lago cuadrado limita el marco central de éstos. A sus lados se extienden bosques, jardines y las posesiones de Maria Antonieta, quizás uno de los sitios más sorprendentes. Son pequeñas casitas de madera, con su huertecito, un pequeño estanque y jardines ingleses los que conforman este pequeño mundo a parte que la reina se creó para escapar de las estrictas normas de la corte. Es precioso e incluso hay una granja, una gruta y un pequeño teatro.


Versalles nos muestra las salas de reuniones, habitaciones reales y siempre en detalle puertas secretas que permitiesen escapar de los aposentos. De echo, cuando el pueblo invadió Versalles en busca de los reyes, Maria Antonieta pudo escapar por la puerta secreta de su habitación.

Pasamos todo el día rodeadas de la historia de Francia y aún no cansadas acabamos la jornada delante de la torre Eiffel, viendo un espectáculo de luces que se realiza por el 120 aniversario de la construcción de ésta.


Domingo

Visita obligada a la Saint-Chapelle. La verdad es que justo las vidrieras del altar estaban en restauración, restando la belleza de estas vidrieras enormes . Son unas 12 o así, en cada una se narra un capítulo bíblico que se lee de izquierda a derecha y de arriba a bajo. Se debe ir cuando haya luz porque entonces es impresionante.

Después de esta visita, entrada en Notre Dame, y a comer. Por primera vez probé la raclette y la fondue. La verdad es que la fondue es un poco fuerte pero me gustó muchísimo. Y por la tarde al musical de Sonrisas y Lágrimas.


Así que estas me han dejado baldada.

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