Aún podría seguir hablando de París. Pero mi hoy está ya lejos de esa ciudad y ese país. Y aunque me duela, el ciclo se ha acabado y empieza otro nuevo, diferente.
Esta ciudad me ha regalado momentos cinematográficos únicos y auténticos. Cinematrográficos porque solo una imagen podría mostrar
Una pareja de recién casados bailando con un músico callejero a los pies del Sacré Coeur
Un hombre cagando en una silla del andén del metro. Pantalones medio bajados y apoyando su culo negro en la silla naranja
Mi amigo Mohamed, que me regalaba crêpes al lado de Pompidou. O mi amigo libanés con el que descubrí esta comida y la amabilidad de esa gente. En mi despedida fuí al mercado y le regalé un delantal, y él me dijo: "Si tu me haces un regalo, yo te hago otro". Y me regaló toda una caja de pastitas árabes ;)
La cita a ciegas de dos ciegos, acariciándose las manos en un café
El corderito atrapado en el comedero y las hermanas en acción llamando a la seguridad del parque
Una pareja bailando tango bajo la lluvia al lado del Sena en una noche solitaria
El hombre malayo que me ayudó a llevar la caja de 20kg !!
Una guitarra en champs de Mars, comida, bebida y toda la gente que quería alrededor disfrutando
Una vitrina lujosa de LaFayette en Navidad. Recreando el salón de una casa, con una maniquí adornada con joyas y vestida con plumas de pavo real. Al otro lado, un hombre. Manos sucias, cuerpo enjuto, cartones y un saco. Preparado para afrontar la noche de un diciembre gélido
Contrastes. Momentos reales ya pasados. Capaz de lo mejor y de lo peor al mismo tiempo. Así es París.
Au revoir!!